jueves, 16 de febrero de 2012

Nuca me abandones



Una Kathy ya adulta, va recordando los sucesos de su vida y de las vidas de Tommy y Ruth, mientras contempla como su futuro ineludible cada día está más cerca. Sus existencias, igual que las de todos los jóvenes alumnos de Hailsham ya han sido programada, todos ellos tienen un destino fijado. Puede que si los observamos sin prestar mucha atención, sólo seamos capaces de captar a unos adolescentes de un típico internado inglés que tiene una gran fijación por el deporte y el arte. Pero sus estudiantes son especiales, saben que no pueden tener hijos, que no tienen padres y que su salud es muy importante… aunque realmente no terminan de comprender cuál es su misión.

Si el libro fuese un paseo, sería como salir caminando una de esas mañanas de invierno en las que la calidez del sol te sorprende. Transitas despreocupadamente por un camino de tierra, notando el calor en el rostro. Y todo es apacible, solo interrumpido de vez en cuando por sonidos lejanos que no identificas. El paisaje se presenta lenta e indolentemente, sin ninguna prisa, mostrando con cada paso, con cada página, cosas nuevas y extrañas. Y mientras avanzas poco a poco, y el tiempo va pasando, te das cuenta de que las nubes lejanas se han ido acercando. Cada vez hace más frío y con cada revelación el temor por lo que se está descubriendo va estremeciendo tu interior. Hasta que llegado el momento, los sonidos lejanos estallan de golpe en una tormenta inevitable y el invierno que se ha estado escondiendo sale con toda su fuerza para congelar tu corazón. Y puede, que si eres lo suficientemente sensible, el próximo trueno, el roce de una página con la siguiente, sea suficiente para quebrarlo.


Los hilos de las vidas de estos tres alumnos, concienzudamente trenzados durante su niñez, parecen desvanecerse a la sombra del destino que les aguarda. Su forma de enfrentarse a la vida adulta, a la amistad y al amor está condicionada como todas por una cuenta atrás. Y en esta vida con fecha de caducidad como la que todos tenemos, Kathy, Ruth y Tommy tendrán que entender qué les separa y decidir si quieren enfrentarse a ello, si les queda tiempo y si el mundo en el que viven les permitirá hacerlo.

Los futuros distópicos tienen la capacidad de crearme una sensación de desasosiego como pocas otras historias. Permiten vislumbrar posibilidades realmente dramáticas, crean escenarios que pueden hacernos pensar qué pasos hemos dado, o en qué nos hemos equivocado (o no, eso ya es una cuestión personal) para llegar hasta ahí. Lo curioso de este libro, es que Kazuo Ishiguro no plantea un debate ético o moral directamente en su obra. Las cosas son como son y estos personajes, estos niños que veremos convertirse en adultos, tienen que vivir con ello. Parece que nos deja a nosotros esa reflexión.

En definitiva, creo que hay historias que te golpean y sacuden tu corazón de tal forma, que estremecen tu garganta hasta que casi no puedes respirar y las lágrimas brotan sin que sepas decir exactamente por qué. Yo no tengo un libro favorito, me resultaría imposible señalar a uno. Pero tengo que reconocer que cada vez que leo Nunca me abandones, el autor consigue despertar en mi todas esas sensaciones y no puedo hacer más que aplaudirle por ello.


No hay comentarios:

Publicar un comentario